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Colorantes artificiales
Los colorantes artificiales están en todas partes: desde cereales, bebidas y productos cárnicos, hasta detergentes, productos de limpieza y de cuidado personal.
Desde su introducción a mediados del siglo pasado hasta el día de hoy, los colorantes artificiales han causado preocupación por el impacto que tienen sobre nuestra salud. Desde reacciones alérgicas, hiperactividad en niños y en algunos casos, desarrollo de cáncer.
Nosotros preferimos dejar todos los colorantes artificiales fuera, ya que existen mejores opciones saludables y de origen natural, como los betacarotenos de zanahorias o camotes, antocianinas de berries o beterraga y clorofila de espinacas, algas o hierbas.
Los conservantes se utilizan para alargar el tiempo de vida de un producto evitando que aparezcan formación de hongos, además puede utilizarse para intensificar sabores y colores
Conservantes como los benzoatos, utilizados frecuentemente en productos como jugos, bebidas carbonatadas o mermeladas, afectan el comportamiento de niños. Y los nitritos y nitratos, presentes en muchas carnes procesadas, han sido vinculados al desarrollo de cáncer de próstata y cáncer de mama respectivamente.
Elegimos las opciones más naturales y que han sido utilizados desde siempre para preservar alimentos como la sal, vinagre, ácido cítrico y aceites esenciales y extractos de plantas como orégano, tomillo o romero.
CONSERVANTES TÓXICOS
Edulcorantes artificiales
La Sacarina, ciclamato, aspartamo, sucralosa y acesulfamo K son algunos de los edulcorantes que se usan como alternativas al azúcar, especialmente para personas con diabetes o que buscan reducir el consumo de calorías, pero a pesar de ser considerados seguros por agencias como la FDA y EFSA, hay estudios que aún sugieren posibles efectos negativos a largo plazo, como alteraciones en la microbiota intestinal y posibles impactos metabólicos.
Hoy en día existen muchas opciones y más saludables para reemplazar el azúcar, como la estevia, azúcar de coco, miel, miel de maple y extractos de frutas como fruto del monje.
Los saborizantes artificiales son utilizados en alimentos procesados para añadir sabor de manera sintética, muchas veces dejando completamente fuera el ingrediente de origen.
En algunos casos, puede enmascarar ingredientes de baja calidad y fomentar el consumo excesivo de alimentos ultra procesados, y a la larga, podría aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.
Creemos que los saborizantes artificiales son ingredientes innecesarios que no aportan a nuestra salud y pueden ser fácilmente reemplazados por ingredientes de origen natural.
Saborizantes artificiales
Antioxidantes de alta toxicidad
Son utilizados para prevenir la oxidación de alimentos y prolongar su vida útil.
El BHA, BHT y los galatos son algunos de los antioxidantes que no permitimos en nuestras tiendas y se encuentran en alimentos como aceites, cereales, snacks o frituras procesadas.
Aunque su uso está limitado a bajas concentraciones y en el caso del BHA y BHT se ha encontrado que tienen propiedades cancerígenas y anticancerígenas, preferimos no tomar riesgos innecesarios y optar por opciones más seguras como vitamina C y vitamina E.
Se utilizan tanto en alimentos como cosmética para lograr y mantener mezclas homogéneas, evitando la separación de los ingredientes en el tiempo.
Los carragenanos y el polisorbato 80 son algunos de los aditivos que han causado controversia por sus efectos negativos en la microbiota intestinal, posibles daños en la mucosa intestinal y eventual permeabilidad intestinal, frecuentemente asociados a enfermedades inflamatorias y metabólicas.
Sabemos lo importante que es cuidar nuestra microbiota e intestino, por eso evitamos éstos ingredientes potencialmente nocivos tanto en nuestros alimentos como productos de cuidado personal.
Emulsificantes y estabilizantes de
alta toxicidad
Potenciadores de sabor
Utilizados en la industria alimentaria, restaurantes y en hogares, los potenciados de sabor se utilizan para realzar los sabores de los alimentos.
El glutamato monosódico es uno de los más conocidos y controversial, y aunque la información sobre su impacto sobre la salud es poco concluyente, su consumo está ligado a reacciones adversas como dolor de cabeza, náuseas, presión en el pecho, mayor sensibilidad al dolor y hasta afectar el neurodesarrollo en fetos.
Otros potenciadores de sabor que no encontrarás en Flora & Fauna son el inosinato disódico y guanilato disódico, y al igual que el glutamato, pueden ser reemplazados por ingredientes comprobados seguros como los extractos de levadura, hongos secos y algas.